Despierto en este aletargado sábado con la horrorosa noticia del asesinato de Facundo Cabral. Su muerte, como su canto, nos recuerda que en esta América Latina nuestra quienes aman la vida, la justicia y la solidaridad aún son necesarios. Qué su asesinato sea semilla de resurrección.
El Diablo Es un Ser Orgulloso (una de sus canciones que más me gustan)
El diablo es un señor almidonando,
que nunca olvida el saco y el sombrero
Que vive en una casa con placares
para esconder el miedo y lo ajeno
El diablo es tan correcto como el hambre,
perfecto y ordenado como el fraude
A veces tiene panza y si no tiene,
es calvo como todos sus placeres.
El diablo tiene cola mas la esconde
en grueso portafolio color negro,
Donde lleva también los documentos
que lo autorizan a matar al pueblo.
El diablo pone el alma en las tribunas,
y escucha los discursos de los muertos
Se arrastra con orgullo por la historia
y se acuesta con pobrísimos recuerdos
El diablo se levanta muy temprano,
cansado del confort que lo encadena
Y corre por las calles presuroso
de compartir su astillo y su pena.
Lo he visto muchas veces como ustedes
en el espejo y el bolsillo de cualquiera,
En el seguro q asegura todo,
menos la paz, la luz, la primavera.
Lo he visto caminar al lado mío
y medir la moral y las polleras
Decidir el tamaño de la dicha,
la justicia, el honor y las ideas
Lo he visto muchas veces pero ahora,
mi alegría habla claro de su ausencia
Talvez sus propias manos lo mataron
al escuchar por fin a su conciencia.
Talvez sus propias manos lo mataron
al escuchar por fin a su conciencia.
«No soy de aquí, ni soy de allá. Ser feliz es el color de mi identidad»
Cantamos con el dolor y el luto.