La pedagogía invisible

8 10 2010

Madelen y Marván escribieron interesantes comentarios en sus blogs sobre un tema que me parece muy relevante: El aprendizaje autónomo y la mediación de los adultos en el proceso de aprendizaje de los niños.

Alguna vez escuché qué, para los Piagetianos y los escolanovistas, el mejor profesor es aquel que está bien lejos del niño y sus descubrimientos.  Es decir, lo importante es que el niño descubra por si sólo.

Desde mi perspectiva esta mirada olvida un tema importante para el aprendizaje: la mediación de los otros.

Creo que una cosa es el acto de enseñanza y otra el mediar para los aprendizajes. No como una oposición sino como un continuum que va desde la enseñanza totalmente dirigida hasta la autonomía total en el aprendizaje.

Hay que tener cuidado que, al afirmar la autonomía total, estamos invisibilizando procesos de mediación cultural.

En el caso de mis hijos, puedo afirmar que aprendieron a leer solos, antes de entrar al colegio. Pero ¿Es verdad?

Es verdad que un día pude observar como leían. Así «de la nada». Aunque también es verdad que nacieron en una casa de padres y abuelos lectores. Qué se les leyó y narró cuentos desde la cuna. Qué se les cantó, llevó al teatro, a conciertos. Que nos vieron leer, que se les regaló cuentos. ¿Sólos? No, no aprendieron solos, aunque a mi ego materno le encantaría afirmar la brillantez de mis hijos. No fue «solos», fue invisible. Hubo mediación cultural desde la cuna. Hubo acción pedagógica, pero una que Basil Berstein denominará «invisible». (Al respecto sugiero leer este articulo)

Mediación de parte de nosotros, sus padres, pero también de una cultura en la que ellos están insertos y de un capital cultural y social que su familia posee. Otras mediaciones están en los artefactos (juguetes, libros), los símbolos y las interacciones con pares y mayores.

La total ausencia de mediación humana no genera que aflore el Bon Sauvage de Voltaire y Rousseau, sino el pobre Viktor (más conocido como El salvaje de Aveyron).

El famoso experimento «The hole in the wall«, muestra como niños de una aldea india median entre ellos para aprender ante un «agujero en la pared». El agujero posee una pantalla interactiva con softwares educativos en inglés.  Al poco tiempo estos niños, que no conocían los computadores ni hablaban ingles, habían aprendido a utilizarlos y a leer ingles.

Sin embargo, no dejo de pensar que el computador y el software es un «juego» propuesto desde el mundo adulto. No hay ausencia de mediación adulta, lo que hay es pedagogía invisible.


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6 responses

8 10 2010
Silvia

Estoy totalmente de acuerdo, muy bien ´vista´esa pedagogía invisible.
Es que tienes ojos como de Superman, Andrea, que ven ultraluz, ja ja ja.

10 10 2010
educandoencasa

Gracias Silvia, de algo que me sirva ser ratón de biblioteca.

8 10 2010
Fernando

Un interesante tema que apoya esto es la mediacion cognitiva que se acerca mas a la idea de mediación adulta. Maturana se refiere que las personas aprendemos de los que son nuestros adultos por medio del «lenguajeo». Aprendemos de otros las respuestas mas eficientes que ellos emiten ante las situaciones que viven.
Quizas seria mejor decir que entre mas lejos este el «instructor» de un niño, este aprende más

10 10 2010
educandoencasa

Maturana es fantastico ¿no?

10 10 2010
marvan

Sin embargo yo me atrevería que en algunos casos esta «mediación invisible» no es suficiente para algunos niños.
En mi casa SIEMPRE se ha leído y hay toneladas de libros. Con 11 años que tiene mi hijo mayor aún ahora le leemos el cuento por la noche muchas veces. Simplemente le gusta y nosotros lo hacemos.
Aún así tengo dos niños que NO han aprendido a leer «solos». Aunque ahora estoy muy contenta de mi lector mayor y esperando que el pequeño (9 años y con dificultades de lectura) algún día le siga.

10 10 2010
educandoencasa

Exactamente, a mi me gusta mucho que las cosas fluyan y creo que me encantaría ser unschool, sin embargo el aprendizaje no es 100% natural. La transición de la cultura tampoco. A todo esto, tambien le leemos a nuestro hijo de 11 y, asi como va la cosa, le leeremos hasta los 18. jajaja A todos nos gusta.

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