En realidad a mi no, si no a mi sobrinito. Se apretó el dedo en una puerta y como no puedo viajar a darle un besito en su dedo he querido enviarle este poema de la Mistral. Me habría gustado hallarlo con una gráfica mejor.
En realidad a mi no, si no a mi sobrinito. Se apretó el dedo en una puerta y como no puedo viajar a darle un besito en su dedo he querido enviarle este poema de la Mistral. Me habría gustado hallarlo con una gráfica mejor.
Aquí hay varias imágenes para crear un cuento con cada una de ellas.
Una serie de imágenes para conversar con niños: ¿Están tristes, asustadas o alegres? ¿Cómo se sienten estás personas? (Ver más abajo)
Una serie de imágenes para conversar: ¿Qué están haciendo?
(Ver más abajo)
Una serie de imagenes de artistas chilenos para conversar con los niños ¿Qué sabor tendrán?
(Hacer click más)
Mi niña está postulando a un intercambio estudiantil y ha escogido Finlandia entre sus opciones. Lo quiere por ser un destino exótico, por el arte y diseño en esas latitudes, por su sistema educacional y, por que está segura, que jamás irá por cuenta propia.
Estamos cruzando los dedos para que quede seleccionada y en aquel país. De momento, ha pasado todo las etapas del proceso. Verla postular me llena de orgullo; ha realizado los trámites sola; ella se escribe con los miembros del comité y me envía copia de los mails para mi respaldo. Nosotros apoyamos en silencio desde atrás.
¡Está tan grande! Es maravilloso verla abrirse paso a la juventud. Me emociona profundamente.
Buscando información sobre finlandia, encontré esta maravillosa epopeya finesa llamada El Kalevala. Me ha maravillado su delicada belleza. Planeo leérmela este fin de semana y, de ser posible, leérsela a mi niña en voz alta, como despedida de lo que fue nuestro ritual de infancia: la lectura oral de mitos y leyendas de otras culturas.
Aquí les dejo un trozo de esta maravillosa epopeya.
Erase una vez una virgen; una hermosa virgen, Luonnótar , hija de Ilma. Vivía,desde hacía largo tiempo, casta y pura, en medio de las vastas regiones del aire, delos inmensos espacios de la bóveda celeste.Pero he aquí que un día comenzó a sentir el hastío de las horas, a fatigarse de su virginidad estéril, de su existencia solitaria en las llanuras del aire, tristes y desiertas.Y descendió de las altas esferas, y se lanzó en la plenitud del mar, sobre la grupa blanca de las olas.Entonces un viento impetuoso, un viento de tempestad, sopló de oriente; el mar se hinchó y se agitó en oleajes.La virgen fue arrastrada por la tempestad, flotando de onda en onda, sobre las crestas coronadas de espuma. Y el viento salobre vino a acariciar su regazo. Y el mar la fecundó.
Otro de los trabajos realizados por los chiquillos. Está vez representando a Paulo Freire.
Hay libros esenciales. El maestro ignorante es uno de ellos. No encontraras allí un tratado de pedagogía ni mucho menos un manual de «hágalo ud mismo», pero si tu preocupación es una educación transformadora, si lo que te quema por dentro es la pregunta por la libertad e igualdad en educación, si te preguntas por una educación que emancipe o si educas en la casa por una apuesta realmente libertaria entonces este es tu libro. Un hermoso ensayo de filosofía política que se pregunta por la posibilidad de la igualdad. Bien lo dice Ranciere en una entrevista que puedes encontrar en este enlace en que desarrolla el principio de educación universal:
En el acto de oponer la emancipación intelectual a la mecánica de la sociedad y de la institucionalización progresivas. Oponer la emancipación intelectual a la institucionalización de la instrucción del pueblo es afirmar que no hay etapas en la igualdad. Que esta es una, entera, o no es nada.
Algo que siempre me ha interesado mucho es que mis críos sean críticos, que no es lo mismo que criticones. Para ello me he preocupado de entregarles categorías comprensivas de análisis discursivo. Es decir, que puedan leer críticamente imágenes y mensajes en películas, publicidad e imágenes varias. La idea es ver más allá de lo evidente.
Una película simpática puede ser una gran oportunidad para enseñarles esto. Tomemos como ejemplo la pelicula Río y pidámosle que asocien valores y actitudes a los personajes humanos considerando etnia, color de piel y clase social.
Se podrán dar cuenta que los brasileños son, en su mayoría, hombres pobres y morenos. Sus actitudes básicas son el engaño, el relajo (carnaval), las actividades ilegales y mafiosas. Los norteamericanos por el contrario, son blancos, honestos, ingenuos, confiados, sensibles, preocupados por el medio ambientes, algo reprimidos y se construyen desde la igualdad de genero. Si bien también están en un contexto de relajo (vacaciones) circulan por espacios llenos de colores y muy alegres, en donde los lugares, si bien son brasileños sólo son habitados por personas del primer mundo. Los pobres, en tanto, viven en fabelas grises sin coloridos en donde prima la mafia. La bondad en Brasil, según la película, esta representada por los animales no por las personas latinas. La naturaleza es salvada por los norteamericanos y amenazada por los latinos. La imagen final es decidora: los animales se salvan, el niño brasileño se «convierte» gracias a los adultos gringos. No hay adultos humanos brasileños buenos. La bondad en Brasil es solo naturaleza, selva y posibilidad futura representada en el niño. Si eso no es discriminatorio no sé que lo es.
Es interesante, las conclusiones que pueden establecer los niños si uno les modela la reflexión desde una sencilla mayeutica.
¿Con que otra película se podría trabajar estos temas?
Texte de Joseph Jacotot
(1770 – 1840)
Enseignement universel – langue maternelle,
Edition de Paw, Louvain, 1823
Si j’ai commencé par donner à entendre que je suppose une intelligence égale dans tous les hommes, mon projet n’est pas de soutenir cette thèse contre qui que ce soit. C’est mon opinion, il est vrai ; cette opinion m’a dirigé dans la succession des exercices qui composent l’ensemble de la méthode et voilà pourquoi je crois utile de poser en principe : tous les hommes ont une intelligence égale. Ce n’est pas là la maxime de tous nos savants, mais c’est celle de Descartes et de Newton ; ce qui, pourtant, ne prouve rien. Cependant, dira un critique : si votre méthode est basée sur ce fondement fragile, la base croulant, l’échafaudage, c’est-à-dire la méthode, doit s’écrouler aussi. Je pourrais répondre au critique : si ma méthode conduit à un résultat satisfaisant, la vérité de ce fait ne dépend pas plus de mon opinion que de la vôtre. Quand je ne démontrerais pas clairement que la route doit conduire au but, il ne s’ensuivrait pas que je ne l’ai pas atteint. (…)
Si ce livre tombe, par hasard, entre les mains d’un savant étranger, qui veuille diriger une éducation d’après ma méthode, je me contenterai de lui dire : faites apprendre un livre à votre élève, lisez-le vous-même et souvent, et vérifiez si l’élève comprend tout ce qu’il sait.
Assurez-vous qu’il ne peut plus l’oublier ; montrez-lui enfin à rapporter à ce livre tout ce qu’il apprendra par la suite et vous ferez de l’enseignement universel. Si ce peu de mots ne suffisent pas au savant, je crains qu’il ne me comprenne pas davantage en continuant sa lecture, car je ne dirai pas autre chose que ce que je viens de dire. Sachez un livre, rapportez-y tous les autres : voilà ma méthode. Du reste, variez les exercices dont je parlerai, changez leur ordre, peu importe. Si vous apprenez un livre et si vous y rattachez tous les autres, vous suivrez la méthode de l’enseignement universel. Ce n’est pas seulement pour commencer par les rudiments que nous nous égarons, c’est parce que nous ne savons même pas les rudiments en sortant du collège. On n’est pas savant par ce qu’on a appris, on n’est savant que lorsqu’on a retenu…
Personne ne doute que celui-là serait très savant qui connaîtrait un livre et qui saurait tous les commentaires auxquels il a donné lieu. Il est vrai que cette supposition est absurde dans la vieille méthode, ce résultat ne peut être obtenu qu’à force de veilles et d’années; il est le fruit des efforts continuels, d’une mémoire qui succombe sans cesse sous le faix d’un nombre prodigieux de réflexions nouvelles, éparses, sans ordre et par conséquent sans liaison.
Mais ce qui paraît impossible devient un jeu quand on commence par savoir un livre. Il est aisé de s’apercevoir que tous les autres livres ne sont autre chose que le commentaire et le développement des idées contenues dans le premier. C’est cette remarque, c’est cet exercice que nous appelons « tout est dans tout », qui rend facile l’acquisition d’un nombre illimité de connaissances nouvelles. N’apprenez donc jamais rien sans le rapporter au premier objet de vos études. Cet exercice doit durer toute votre vie. (…)
***
Si l’homme a la faculté de raisonner sur des faits, en le supposant seuls sur la terre, quel fait plus digne de son attention que son semblable qui réfléchit, et qui lui communique ses réflexions sur les faits dont ils sont témoins en même temps ! Les pensées de l’un deviennent un nouveau sujet de pensées pour l’autre ; et quand la leçon du maître n’aurait que cet avantage, rien ne peut la remplacer, même pour les hommes de génie s’il y en a… Mais écouter n’est profitable que lorsqu’on s’entend. La leçon orale est bien fugitive, le livre reste là, je puis l’ouvrir quand il me plaît ; tandis que les paroles s’envolent, on ne peut plus les retrouver. J’ai souvent dit à mes auditeurs : tant que vous ne ferez que m’écouter, vous n’apprendrez rien, vous ne retiendrez rien, vous ne me comprendrez même pas…
Ayez un livre commun entre vos élèves et vous ; sachez-le tous ; parlez alors tant qu’il vous plaira : ils comprendront tout ce que vous direz ; ils le retiendront sans peine, et ils iront sept, huit fois plus vite que les autres. Si nous avions retenu tout ce que nous ont dit les dix ou douze discoureurs successifs que nous avons entendu parler quand nous étions petits, nous serions plus savants que qui que ce soit sur la terre. Mais autant en emporte le vent, parce qu’il n’y a rien de commun entre nous ; le professeur voltige de branche en branche ; ses réflexions ne se rattachent à rien de fixe dans ma tête. J’oublie ce verbiage et lui aussi. Le plus savant des savants serait un professeur qui aurait retenu tout ce qu’il a dit, ou un auteur qui saurait tout ce qu’il a écrit. Le
Leonardo Boff, destacado teólogo brasileño, comenta el libro «Reinventing education: diversity, decolonization and networks». Para ilustrar se apoya en esta genial frase de Hannah Arendt: «Podemos aprender toda nuestra vida sin jamás haber sido educados»
Muniz Sodre, titular professor of the Federal University of Rio de Janeiro, is a well learned person. But what is different about him is that he, as few others, thinks about what he knows. The fruit of his thinking is a just released, very notable, book: Reinventing education: diversity, decolonization and networks, (Reinventando la educación: diversidad, descolonización y redes, Vozes, 2012).
In that book, he tries to confront the challenges to pedagogy and education that derive from the different types of knowledge, from the new technologies and transformations advanced by capitalism. All of this begins with our social place: the Southern hemisphere, once colonized, that is undergoing an interesting process of neo-decolonization, and a confrontation with the weakened neo-Eurocentrism, now devastated by the crisis of the Euro.
Muniz Sodre analyzes different currents of pedagogy and education, from the Greek paideia to the world market of education, that represent a crass…
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